«A la mesa…»

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En este mi tercera entrada, voy a hablaros de algo que he descubierto que no es tan fácil. Es obvio que en todas las novelas que he leído y que leo, los personajes se alimentan, por lo que hablar de comidas, recetas, frutas y platos desconocidos debería ser fácil. Pero no, no lo es porque como es algo tan normal pues no le damos importancia a esos momentos para luego poder escribir sobre ello.

Es gracioso, porque recuerdo que Christian Grey, cuando encuentra a Anastasia con su madre pide un Gin Tonic y especifica :  «Hendrick´s if you have it, or Bombay Sapphire. Cucumber with Hendrick´s, lime with the Bombay» (Hendrick si tienes o Bombay Sapphire. Pepino con el Hendrick, lima con el Bombay). Y digo que es gracioso, no por el comentario en sí, sino porque en primer lugar yo no bebo, así que conozca marcas de ginebra es interesante. Pero además porque al pensar en alimentos o bebidas es lo primero que me ha venido a la mente. Es verdad, que en todo el libro se habla bastante de alimentación, porque Anastasia no come mucho la verdad (aunque alcohol si bebe, estos americanos siempre tienen vino blanco frío) y él está totalmente obsesionado con darle de comer. Alimentos se sobreentiende, de lo otro no es momento para hablar 😉

En cualquier libro que se desarrolle en EEUU, siempre aparecen los desayunos pantagruélicos, con tortitas, bacon, tortilla, fruta, cereales… y la manía de tener siempre en la nevera botellas enormes de leche y zumo. Las pizzas y las hamburguesas también aparecen como plato estrella, al igual que comprar un perrito caliente en un puesto ambulante de Nueva York para comerlo en los jardines de Central Park.

Si descendemos por el mapa, no podemos olvidarnos de la comida Mejicana. Los burritos y los tacos, las fajitas y las chimichangas e incluso algunas recetas con pequeños insectos fritos (OMG), aparecen en cualquier libro que se inspire en ese pais. Sin duda «Como agua para chocolate» de Laura Esquivel, es uno de los que más recuerdo, además de que tiene película. La receta de codornices con pétalos de rosa es increíble.

Y seguimos bajando en el mapa para encontrar platos típicos de cada país, como las Arepas de Venezuela, el Ajiaco con pollo de Colombia, el Ceviche peruano, cualquier Asado de Argentina o el Curanto de Chile. Y me detengo en este último país, para mencionar «Afrodita, cuentos, recetas y otros afrodisíacos» de Isabel Allende. Es el único libro de la autora que no tengo, pero lo leí hace años.

Cambiando de continente, si vamos a Europa, en cualquier libro que escojamos, podemos ver diferentes recetas de comidas típicas del país. El paté francés, la pasta italiana, el goulash de Hungría. En la última trilogía de Ken Follet, se desarrolla una parte en Rusia, así que habla de varios platos típicos del país, así como del vodka, bebida que aparece muchas veces en el libro.

De mi país, España, puedo hablar de las hogazas de pan de «pueblo», de las que habla Ildefonso Falcones en su último libro «Los herederos de la tierra». La tortilla de patata, que es el plato nacional por excelencia. Y voy a parar para contaros, que estando en Londres un verano que fui a estudiar, la señora con la que vivía, me pidió que le hiciera algo tradicional, y eso fue lo que le hice, tortilla de patatas. Ni que decir tiene que le encantó, aunque no tenía aceite de oliva, las patatas en esa zona son muy buenas.

El pan con tomate es otra de las recetas típicas que salen en muchos libros. Cualquier receta con aceite de oliva, que es otro de los ingredientes estrella de la cocina mediterránea y la paella o el jamón serrano.

Cualquiera de los últimos libros que he leído, en los que la trama se desarrolla en España, está repleto de platos y alimentos típicos de nuestro país, porque además tenemos una «cultura del comer» que es muy importante, tanto en la vida familiar como en la social. Es como la «siesta», siempre puedes descubrirlas en cualquier relato.

De Reino Unido e Irlanda, cualquier plato que lleve patatas. El «English Breakfast», que me encanta y el Té, que aunque no soy nada fan, es imprescindible en cualquier novela de las Hermanas Brönte, o en «El diario de Briget Jones»de Helen Fielding.

Voy a saltar algunos países, pero no quiero dejar esta entrada sin nombrar a la India, y sus platos especiados y algo picantes, que se pueden ver en «Era media noche en Bhopal» o «La ciudad de la alegría» de Dominique Lapierre. Y de Japón, el sushi, que aunque no es mucho de mi gusto, ya se come en todo el mundo.

Es increíble, la cantidad de platos que se pueden encontrar en los libros, asociándolos con el estatus social, el territorio dónde se describe el relato, la época en la que se narra y los actos familiares o sociales que ocurren en las tramas. La verdad, es que cocinar se ha convertido en un evento importante en si; lo demuestran la cantidad de programas con formato de concurso de cocina que hay, además de la cantidad de libros de recetas y cociner@s famos@s que se pueden encontrar en el mercado, pero yo prefiero comer a cocinar, y si es mi mamá quién cocina pues mejor. 😉

FRASE DEL DIA

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4 comentarios sobre “«A la mesa…»

  1. Por no hablar de la comida “medieval de ficción” como las de los libros de Tolkien o del de Canción de Hielo y fuego (Juego de Tronos) en los que los autores se recrean de una manera brutal con las descripciones. A mí que me encanta comer, me chiflan, aunque demasiada carne roja para mi dieta (jaja). Un beso!

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